En un mundo que constantemente te señala por todo, a veces tenemos miedo de acercarnos a Dios porque pensamos que él nos va a juzgar por nuestros errores. Pero Dios no es así. Dice la palabra que ¡Dios es lento para la ira y grande en misericordia!

Por lo tanto, Él jamás va a rechazar a un corazón arrepentido delante de él.

Nadie puede decirte si mereces o no mereces salvación. Dios la ha puesto delante de tí para que tengas el privilegio de ser llamado su hijo y nacer de nuevo sin importar las circunstancias que hayas enfrentado.

Dios pone delante de tí la vida eterna como un regalo que sólo hemos recibido por su Gracia. 

La Gracia es aquél regalo inmerecido que recibimos sólo a través de la fe! No es por nuestras obras, no es por ser bueno y ayudar a la gente ni por haber sido malo, es por creer que Jesucristo te ha dado salvación y te ha transformado en una nueva criatura!

​

"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe".

Efesios 2:8-9

​